El objetivo del póquer es el de ganar un premio en efectivo o en fichas.
En cada ronda, los jugadores apuestan sobre la probabilidad que tiene la mejor mano. La apuesta se coloca por el jugador en el centro de la mesa, la suma de las apuestas se guarda como "el bote". La victoria es siempre del jugador que tenga la mejor mano y su objetivo del juego de poker en mente. Si dos o más jugadores tienen manos de igual valor, el bote se divide entre los dos en partes iguales. En el modelo de Alto-Bajo el bote es compartido por el jugador con la mejor mano y el jugador que tiene la peor parte.